1. "Un hombre es tal por sus sueños, sus ideales y sus esperanzas"

Y así fue cuando una lucha, un alzar la voz por lo justo comenzó a convertirse en una tontería... nada más que una perdida de tiempo.

Así fue como los hombres de antaño desaparecieron, donde aquellos que rigieran su vida en base al honor y a sus ideales se transformaron en una extraña (y escasa) existencia.

Y así fue como de las bocas de los hombres comenzó a surgir la excusa, comenzó a surgir un "para que perder mi tiempo así"

Decir te extraño y no hacer nada para poder ver a la otra persona... algo así como tirar la piedra para luego, rápidamente, esconder la mano...

"Y desde sus cunas de lujo y comodidad

fueron educados para ser ciegos"

De amores y felicidad

"Y vivieron felices para siempre"

Ella no poseía dorados risos ni verdes ojos y él, por su parte, no ostentaba una gran altura u otros seductores encantos, pero ¿que más da?,  esto no se trataba ni de ostentosos castillos o estereotipos de cuentos, no importaba el color de ojos o de piel...

Porque simple y sencillamente se trataba de ser felices...

Y los hombres de la tierra de pronto lo olvidaron, sus mentes no eran capaces de recordar el significado de una simple palabra: "Honor"... y entonces, con la ética nublada por el dinero y la moral cegada por el poder, comenzó todo, lentamente, a decaer.

Formas de vivir...

Y en medio de la conversación resuena "El problema, es que antes trabajabas para vivir... ahora el sistema hace que vivas para trabajar", y todos, quizás debido al letargo producido por el sueño o por el "espíritu" del momento, celebran la aplacadora sentencia...

Tan fácil es culpar a lo intangible y negar la propia responsabilidad de los actos y formas de vivir?, y es que sí, la sociedad te bombardea con materialismo, pero no por ello el materialismo ha de ser tu centro de vida...

Puede que a la gente se le olvide el fantasear con su futuro, el imaginar y salir de la rutina pensando más en los que les gustaría hacer que en lo que les gustaría tener...

Quizás sea que, erróneamente, se ha comenzado a confundir demasiado la madurez con dejar de soñar.